Ayer
tuve la magnífica oportunidad de ir a mi primera clase de trapecio, les
confieso que cuando mi amigo Josh me confirmó los tickets para esta aventura yo
estaba totalmente emocionada, parecía una niña en camino a Disney o algo así,
toda esta emoción duró hasta que llegamos al Westside Pier 1 y vi desde abajo
la escuela de trapecistas, sus mallas, cables colgando, luces, etc. Ahí mis
rodillas comenzaron a temblar y la duda tocaba mi puerta. No obstante le dije
me haga el favor de irse, que ya estoy en mis últimas semanas en nyc de esta
temporada y lo que más deseo es divertirme. Entendía que mi altura, flaquencia
y mi mal estado físico debido
a la falta de ejercicios no colaboran conmigo y podía lastimarme. Sin embargo
leí el letrero que decía: "olvídese de sus miedos y preocúpese por la
adicción que tendrá a esto", como soy muy obediente cuando (me parece)
salte de alegría una vez más y nos unimos al grupo. Llegó la hora de comenzar
la clase, ahí estábamos, mi amigo Josh y yo en ropa de yoga y medias blancas,
listos para "volar" como dicen los instructores. Las primeras
instrucciones fueron: observe, escuche, confíe
y actúe" ¿Que gracioso no???, me pregunté si estaba yendo a clases
de trapecista o una clase de como vivir
En
fin, ya amarrados a nuestros cinturones, con las instrucciones claras y con la
mente abierta comenzamos a subir uno a uno la escalera… Una escalera larga que
a mitad de camino cansa y pone a pensar. Pensaba que podría pasar si las
cuerdas fallaban, si era muy pesada para la delgada instructora que estaba
esperándome para sostenerme por el cinto que traía en mi cintura y dejarme casi
colgando al vacío para poder agarrar la barra.
Una
vez más la vida me decía que debía aprender confiar, que no importa cuantas
veces me hayan dejado caer, cuantas veces me hayan herido con la traición o
cuantas veces las mentiras hayan sido la guía de muchas personas en que confié.
La vida me decía una vez mas: CONFIAConfiar en que Dios nos guía por el camino correcto, a veces doloroso o muy doloroso, pero el siempre el correcto. Si pasan por NY traten de tomar una de estas clases, la experiencia es extraordinaria, la lección de vida es única y la sensación de volar como Peter Pan es placentera. Recuerden las instrucciones: observe, escuche, confíe y actúe"
Ruth Ocumarez